Monday 25 May 2009

Mario Benedetti, adiós

Hace unos días nos dejó Mario Benedetti. Este fin de semana he buscado un dibujo que hice de él, hace ya unos años, para incluirlo en un post-homenaje junto con uno de sus poemas.

Al encontrar el dibujo me he dado cuenta de que está inacabado. Lo he escaneado así; no se me ha ocurrido acabarlo ahora. Me parece una buena metáfora de la obra inacabada del poeta.
Como este poema. Nos deja, con nuestras vidas, nuestros trabajos y nuestra gente.

Adiós Mario.

Chau número tres

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

Monday 30 March 2009

Helen Suzman

Inauguro el 2009 bastante tarde; por falta de tiempo, lo que no es buena excusa. Y ya que es el primer post del 2009, voy a dedicarlo a una gran mujer que murió precisamente el primer día de este año. Helen Suzman. Nombre no muy conocido aquí en España, pero de gran repercusión en su país, Sudáfrica.

Helen Suzman fue diputada desde el 1935, y se distinguió por ser una de las pocas diputadas que protestaban por el estado de apartheid. Criticó abiertamente al régimen, en general completamente sola. Luchó durante 36 años, llegando incluso a visitar en la famosa prisión de Robben Island a Nelson Mandela, y fue candidata al premio Nobel en dos ocasiones. Dicen los que la conocieron que tenía un gran encanto personal y una voz melosa. Yo tan sólo puedo basarme en imágenes. Una mujer de tez pálida y luminosa, cara alargada, ojos cordiales color azul ultramarino y sonrisa firme.
Me gusta imaginarla en el Parlamento, al pie del cañón, incomodando con determinación a sus compañeros de cámara con sus preguntas incómodas. Un diputado llegó a decir que Suzman planteaba preguntas que ponían en vergüenza a Sudáfrica. Ella le contestó: "No son mis preguntas las que avergüenzan a Sudáfrica, sino sus respuestas".

Helen fue una mujer de firmes opiniones y valentía hasta su muerte, a los 91 años. Incluso después de que en Sudáfrica se instaurase una democracia multirracial, Helen no dejó de criticar al CNA, el partido en el gobierno, por no hacer lo suficiente contra el sida, esa plaga que diezma África, el crimen y el paro. Lacras contra las que ella, una ciudadana valiente, nunca dejó de luchar.

Deja, al morir, una fundación con su nombre, la Helen Suzman Foundation. En ella he encontrado una vinieta obra de Jack Leyden que me ha gustado por su simpleza y a la vez fuerza para transmitir el mensaje que Suzman abanderó durante toda su vida. Una lucha sin miedo contra la opresión, el racismo y la intolerancia racial.