Wednesday 8 October 2008

Käthe Kollwitz

Hacía varios días, demasiados, que no escribía. Razones no me faltaban, pero no son realmente una buena excusa cuando además se ha visitado recientemente el pequeño museo de Käthe Kollwitz en Berlín y se tienen tantas ansias de escribir sobre ello.
Käthe Kollwitz es una estupenda artista bastante popular en su Alemania natal (nació en Königsberg, en la antigua Prusia, aunque si hubiese nacido allí en la actualidad sería ciudadana rusa), pero no demasiado conocida fuera de sus fronteras. Käthe se casó con un médico y se instalaron en Berlín, donde vivió más de 40 años hasta que, al final de la segunda guerra mundial, fue evacuada a Dresde. Su apartamento quedó totalmente destruido en bombarderos posteriores, perdiéndose centenares de dibujos y pertenencias de la artista. Pese a ello, dejó una obra extensa de legado, una obra que aborda como nadie la tristísima época que le tocó vivir. Los desastres de la guerra, el dolor de las madres que pierden a sus hijos, los niños desamparados o el hambre fueron constantes en su oscura e impactante producción.
Käthe perdió a su hijo menor, de 17 años, en las trincheras de Francia durante la primera guerra mundial. Y a su nieto en la segunda. No es de extrañar que durante toda su vida fuese una activista vehemente que denunció la absurdidad de la guerra, y que plasmó a través de incansables series de dibujos no sólo el dolor sufrido durante el conflicto bélico, sino la terrible depresión económica que Alemania sufrió después de su derrota en la primera guerra mundial. Viendo los dibujos de niños hambrientos que Käthe dibujó en la década de los 20 (“No dejéis que Alemania muera de hambre! – escribió en uno) pensé en el posterior ascenso de Hitler y los penosos acontecimientos que siguieron a esa década de crisis, de todos conocidos. Käthe murió unas semanas antes del fin de la guerra. Ni ella ni su marido pudieron ver el fin de esa abominación que se había llevado a su nieto y a millones de personas como él, como tantos otros antes.
En esta ocasión deliberadamente no he dibujado su rostro, porque quería incluir algún dibujo suyo y que su fuerza y su mensaje tomasen la palabra. Quizás algún día me decida a dibujar cómo yo veo a Käthe, una artista que dejó un buen número de autoretratos. Pero eso es otra historia. Hoy quiero hablar del mensaje que ella tanto se esforzó a transmitir; y por eso he elegido el dibujo de una madre buscando a sus seres queridos entre los cadáveres de una batalla. Una linterna en su mano ilumina la oscuridad que reina en esos campos de batalla desolados. ¿Es quizás ella la mujer retratada, buscando a su joven hijo muerto? No importa. Para mí, Käthe Kollwitz retrató como nadie la tragedia alemana del siglo XX, y a través de ella el dolor de la guerra.

6 comments:

Bárbara said...

Ya te echaba de menos Marta.

Viendo el cuadro de Käthe, no puedo dejar de pensar en que aquel horror del pasado, sigue devorando el presente.
Bsos

Anonymous said...

Hola Marta soy vin

Me ha gustado mucho el artículo, es curioso como a lo largo de la historia ha habido gente en contra de la guerra, manifestandose, activistas y comprobar que triste es que todavía, en pleno siglo XXI se sigan sucediendo guerras, aunque a algunas no les den tanta publicidad.
Me ha gustado Käthe y el cuadro que has puesto.
Me deja una sensación agradable en medio de tanta guerra. Porqué siempre es agradable y da alaegría y esperanza conocer a personajes así.

Saludos

( vin )

Anonymous said...

Es increible como aún entre la maldad más absoluta existen y subsisten buenos corazones. Impresionantes las historias que nos dejas Marta. Me encanta visitarte. Y por ende, me alegro un montón de tu vuelta. Un besote y feliz fin de semana.

Mertxe said...

Marta... Ha sido una interesantísima y conmovera lectura.

Anonymous said...

El dibujo es brutaaaaaaaaaaaaaaaal. Impresionante. Increíble. Genial.

Te envidio, Marta Montoliu. Qué sensibilidad, qué sincero interés por lo que te rodea... Quizás de mayor yo sea como tú, pero lo dudo.

TE VISITARÁ LA MUERTE - POEMA MONTOLIUIANO Nº10

Ríe o llora,
vive o mora,
antes o ahora...
Te visitará la muerte.

Pobre o rico,
José o Federico,
joven, o viejo y pico...
Te visitará la muerte.

Sabe, reyezuelo,
sabe, politicastro,
que, que morder, no hay anzuelo,
que, en ella, no hay consuelo.
Y siempre te hallará,
duermas en cama o camastro...
Te visitará la muerte.

Y cuando llegue...
llorarás,
recordarás,
te arrepentirás...
pero de nada servirá.

De nada servirá
cuando la muerte
visite tu portal.


Sí, lo sé: mi inspiración de hoy no va muy acorde con el significado estricto del cuadro, pero la inspiración y la observación subjetiva es así. Y yo soy así.

Anonymous said...

Muy acertado lo que dices sobre el dibujo sin rostro y la imagen de la madre. Escena trágica que nunca deja de repetirse. Hace poco he escrito un texto sobre un tipo de desaparecidos colombianos, tu cuadro me hace pensar mucho en ello. Gracias por tu visita a mi blog y tu comentario.
Un saludo amistoso